El acero no es más que una aleación de hierro y carbono (este segundo componente no siempre se presenta en la misma cantidad). Asà que, una vez que hemos dicho esto, ya se ha descubierto un primer dato importante: el acero y el hierro no son lo mismo, aunque asà lo parezca a ojos inexpertos. Dejando a un lado los datos más relacionados con la fÃsica y la quÃmica, la principal diferencia entre ambos materiales es, precisamente, el porcentaje de carbono, que en el caso del acero se sitúa entre el 0,03% y el 1,075%. Y ahora la siguiente pregunta es evidente: ¿existen diferentes tipos de acero? La respuesta es que sÃ. Hay tantos tipos que con un solo artÃculo no serÃa suficiente.Â
Acero al carbono: el verdadero protagonista
Conocer los diferentes tipos de acero es básico por un motivo fundamental: dependiendo de sus caracterÃsticas se adaptan mejor o peor a cada tipo de proyecto. Por sus caracterÃsticas, los aceros al carbono tienen que ser los primeros de la lista en ser presentados, ya que representan hasta el 90% de la producción de este material. De hecho, está presente en construcción, en la fabricación de maquinaria, coches, tuberÃas, o cosas tan rutinarias como cuchillos y destornilladores.
De una increÃble resistencia y fortaleza, pero algo sensibles a la corrosión, los aceros al carbono ya dan pistas solo con el nombre: es acero con un % determinado de este material, al que -solo en ocasiones- se añaden otros componente como el manganeso, el silicio o el cobre. Hablamos de ellos en plural porque dependiendo de la presencia de carbono se elabora una subclasificación:
• Suave: entre 0.2% y 0.3% de carbono
• Semisuave con una presencia de entre 0.3% y 0.4% de carbono.
• El semiduro, por su parte, tiene entre un 0.4% y 0.5% de carbono.
• Se denomina duro al que está compuesto por 0.5%-0.6% de carbono.
• El muy duro se mueve en una horquilla de entre 0.6% y 0.8% de carbono.
• Y, por último, el extraduro presenta en su composición la mayor cantidad de carbono: superior al 0,8%.
¿Quién no ha escuchado hablar del acero inoxidable?
Es otro de los más utilizados por una buena razón: en su composición encontramos al menos un 10,5% de cromo, que es la cantidad que exige la norma europea EN 10088-12 para ser considerado como inoxidable. Asà pues, resiste muy bien la corrosión (se puede emplear tanto en interior como en exteriores), al impacto de la luz ultravioleta, a los cambios de temperatura y a los golpes. Sin olvidar otra de sus caracterÃsticas más relevantes: no es magnético.
Aceros de aleación o aleados
Centrados en las tipologÃas más relevantes, el acero de aleación se encuentra también entre los más utilizados. Es el material resultante de mezclar los ya citados hierro y carbono con otros metales. Manganeso, nÃquel, silicio, titanio, cobre o cromo forman parte de la lista de principales componentes que se adicionan al acero con un objetivo claro: mejorar sus propiedades.
¿Son los aceros de aleación los mejores para tu proyecto? Esa pregunta es complicada de responder sin muchos más datos. Dentro de los aleados podemos generar acero de baja o alta aleación y sus propiedades finales dependerán única y exclusivamente de la composición y la concentración. Puede ser el acero ideal para el casco de un barco, para ayudar en la construcción de un avión o para que compres una sencilla broca de taladro.
Acero corten
Ser el acero perfecto para usarlo en construcción aprovechando sus propiedades decorativas obliga a que lo pongamos en esta primera parte. Lo primero de todo, su composición: cobre, cromo, nÃquel y fósforo son indispensables para que un acero se pueda llamar corten. Resistente como pocos a la oxidación (gracias al cobre y al cromo), se utiliza para revestir edificios, construir esculturas, fabricar mobiliario urbano o incluso vallas. El Peine del Viento de Chillida que podemos ver en San Sebastián está construido en este material.
La gran curiosidad del acero corten es su 'capa protectora'. Las piezas en cuestión, cuando se someten a ciclos constantes de humedad y sequedad generan una capa de óxido superficial muy adherente, que es precisamente la que se ocupa de proteger de la corrosión. La propia capa se va regenerando ella sola sin necesidad de ir realizando actuaciones adicionales.
Acero corrugado
Uno de los tipos de acero más relevantes en volumen es el acero corrugado, que incorporamos aquà porque es el aliado principal del hormigón y de las construcciones que con él se levantan. Es posible que lo conozcas porque se presenta en forma de barra con una especie de imperfecciones llamadas 'corrugas' que mejoran la adherencia del hormigón al acero y que sirven para mejorar las propiedades del hormigón absorbiendo los esfuerzos de tracción que no puede realizar.
A la conclusión más importante seguro que has llegado ya: los tipos de acero son muchos y variados. Elegir el más adecuado no siempre es sencillo.
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